Si algo les faltaba poder hacer a estos pequeñines voladores, era aprender a tocar música. Y ya lo han hecho, con maestría de orquesta sinfónica y coordinación absoluta. Pero no crean que están vivos, aunque así lo parezca, todo funciona a través de programas que tienen grabados en su memoria, donde se les indica cada paso exacto a seguir. Aún así, impresionante lo que han logrado los chicos del General Robotics, Automation, Sensing and Perception (GRASP) Lab.
¡Que tengan un excelente domingo!
Visto en: Aeromental