Con la masificación de las cámaras digitales la humanidad empezó una carrera por conocer quien puede tomar más fotografías a cualquier cosa en su vida, en la calle, a sus mascotas, tiquetes de conciertos y todo tipo de elementos que existe en el mundo.
Por una parte es bueno poder tener un recuerdo inmortalizado de eso que viste, fotografiaste y luego querrás mostrar a tus amigos y familiares pero el otro lado de la moneda es que muchas de estas fotografías son realmente innecesarias, muchas jamás las volverás a ver o compartirás con alguien, simplemente quedarán en el olvido como otro tick de la cámara desperdiciado.
Con las cámaras de rollo no se podía dar ese lujo de tomarle fotografías a una plato de comida, un tiquete o señales que te encuentres en la calle porque es un total desperdicio, se fotografiaban esos grandes momentos que tenían impacto en tu vida y de alguna u otra forma era importante para ti, queriendo así perpetuar el momento.