Sin duda que la mejor forma de comprobar el rendimiento de una distribución de GNU/Linux, es instalándola en nuestro equipo. Y si bien este proceso ha mejorado mucho en los últimos años, de tal forma que se ha convertido casi en un proceso automático, superar el particionado de discos puede ahuyentar hasta a los más valientes. :)
En distribuciones como Debian o Ubuntu, el particionado de discos en el momento de la instalación se puede realizar de dos formas: manual o guiado. Incluso si es el único sistema que estará residente en nuestra PC, podemos indicarle que utilice todo el espacio del disco y que realice un particionado automático.
Pero la cosa se complica cuando tenemos ya un sistema instalado en nuestro equipo, llámese Windows, y queremos agregar uno más. En este momento tenemos que actuar con cautela, ya que cualquier paso equivocado que demos puede borrarnos toda la partición y por consecuencia, toda la información contenida en ella. Pero no hay que asustarse, solo hay que saber que es lo que se esta haciendo.
Como decíamos, podemos optar por dos formas de partición: manual o guiado. En mi caso particular prefiero la forma manual. Pero si seleccionamos la opción de guiado, el sistema se instalará en el espacio libre del disco, sin tocar el sistema ya instalado.
Veamos cual es el esquema ideal de particiones en un disco de 80 GB con Windows XP ya instalado
Supongamos que de estos 80 GB, Windows este haciendo uso de 40GB y los restantes estén libres, en el momento de la instalación veremos esta partición de la siguiente forma:
sda1/ ntfs 80GiB – –
donde sda1 es la unidad de discos, ntfs el sistema de archivos y por último el tamaño en GB de la partición.
Entonces, el resto del espacio para la partición de GNU/Linux quedaría de la siguiente forma
sda2/ etx2 /boot 100 MB
sda3/ ext3 / 5000 MB
sda4/ linux-swap 512MB
sda5/ ext3 /home 30776 MB
Lo que hacemos aca es: asignarle al booteo del sistema (/boot) 100 MB, al sistema completo (/) 5GB, a la partición de intercambio (linux-swap) 512 MB y a la /home, que es donde se guardan nuestros documentos, el resto del espacio.
Esta forma de particionado es ideal, porque si sufrimos una caída en el sistema solo reparamos la parte dañada, ya sea donde se aloja el booteo o el sistema.
Y de aquí en más, no nos quedan excusas para instalar y probar un sistema GNU/Linux en nuestro equipo. Solo resta animarse!